Mierda de palomas

No es que haya tenido un encontronazo con estos animales, símbolos tanto de la paz como del Espíritu Santo, ni que les tenga especial asco o repugnancia, que creo que les tengo la normal. Ese titular responde a lo primero que he pensado al saber que este fin de semana se han reunido más de 1.000 de estos animales durante la celebración de la XXIX Olimpiada de Colombofilia en Oporto, Portugal.

Más que pensarlo, es lo que primero he visualizado. Montones de mierda de paloma por toda la ciudad. Me he imaginado a las casi 40.000 personas que han asistido al evento mirando hacia el cielo con sus prismáticos y pertrechados con un paraguas, con publicidad de Coca-Cola, para evitar las cagadas de paloma.

Y es que no creo yo que sea muy protocolario que nada más llegar al estadio para hacer la inauguración de la XXIX Olimpiada, cientos de palomas se caguen en alguna de las delegaciones de los 32 países que han asistido al acto. Y mucho menos en el turbante del príncipe Abdulrajmán Al Faisal de Arabia Saudí, que también ha estado en la olimpiada, creo que sin competir.

No tenía ni idea de que se celebraran olimpiadas de este tipo, y ya van por la edición 29 así que deben tener éxito. Es curioso el mundo de la Colombofilia, que más que a deporte con palomas suena a perversión con palomas, pero gracias a esta olimpiada he descubierto que hay dos clases de categorías entre estos animales, lo que hace que haya dos tipos de competiciones: la categoría Standard, donde lo que prima es la belleza del animal según unos cánones internacionales, y la categoría Sport, donde lo más importante es que el animal corra que se las pele.

Mirando las clasificaciones así por encima, los países del este están muy bien situados, aunque en la clase Standard y en la clasificación por país, Portugal es el número uno, y es que hasta las palomas vuelan mejor si lo hacen en un cielo conocido. España ha terminado en el puesto 16 de 32, en mitad de la tabla, y la mejor posición ha sido para Andrés Booduar, en el puesto número 30 en la categoría Standard de Machos.

Supongo que durante todo este fin de semana la frase «aquí el que no corre vuela» debe haber ido de boca en boca por toda Oporto, muy diferente de lo que debe ir de boca en boca entre la cuadrilla de limpiacalles de la ciudad hoy lunes.

Por cierto, Andrés Booduar no es el nombre de la paloma, sino del propietario. El nombre de la paloma no se ha dado ha conocer, aunque en petit comité se dice que Andrés se dirigía a ella con un cariñoso mi palomita.