Un mundo feliz

Carles hablaba sobre el libro Un mundo feliz de Aldous Huxley en uno de los comentarios al artículo Gestación en un zapato, que escribí hace un tiempo. Juan Luis también lo comentó así que busqué información sobre el libro y me gustó.

La edición que tengo es de edhasa, de su colección novela, que acaba de salir en septiembre de este año 2004 y es excelente. Por primera vez en castellano, se unen en un solo volumen el cuento Un mundo feliz escrito por Huxley en 1931, y un ensayo del mismo Huxley escrito 27 años más tarde, donde reflexiona sobre la sociedad actual (de 1958), comparándola con la imaginada en su libro para un tiempo futuro.

Ya en el prólogo del libro, que escribió en 1946, el propio Huxley critica su obra y señala los muchos errores que le ve. Uno de los errores que más destaca es el que lo moverá a escribir el ensayo años más tarde. Huxley situó este nuevo mundo en un futuro lejano, aproximadamente dentro de seis siglos, pero ya en 1946 se daba cuenta de que muchas de las predicciones de su libro ya se estaban cumpliendo. Huxley llega incluso a decir que si escribiera la obra en la actualidad (por 1946), situaría la acción mucho más cercana en el tiempo.

Lo mejor de esta edición de Un mundo feliz/Nueva visita a un mundo feliz, es sin duda poder leer el cuento y el ensayo y ver las reflexiones y temores de Huxley al contrastar que la mayoría de las situaciones y métodos descritos en su libro, se estaban utilizando ya en 1958.

Si Huxley levantara la cabeza y viera como va el mundo hoy, seguro que escribiría otro ensayo en el que comprobaría que la sociedad de 2004 no se diferencia en absoluto de la imaginada por él en 1931. Muchas de sus teorías y expectativas más bien pesimistas de la sociedad futura, se están cumpliendo ya en el 2004 actual. Hay algunos fragmentos del ensayo que justo ahora después de las elecciones en Estados Unidos se convierten en predicciones más acertadas que las que daba Nostradamus.

Estos son algunos fragmentos interesantes del ensayo que Huxley escribió en 1958, cuando revisaba su mundo feliz:

«(..) La propaganda en favor de la acción dictada por impulsos que están por debajo del propio interés ofrece pruebas falsas, amañadas o incompletas, elude el argumento lógico y trata de influir en sus víctimas mediante la mera repetición de consignas, la furiosa denuncia contra víctimas propiciatorias extranjeras o nacionales y la astuta asociación de las más bajas pasiones con los más altos ideales, de modo que las atrocidades se perpetran en nombre de Dios y la más cínica de las realpolitik se convierte en cuestión de principio religioso y de deber patriótico.»

«Los traficantes políticos recurren únicamente a las debilidades de los votantes, nunca a su fuerza potencial.»

«(..) Los métodos que actualmente se utilizan para colocar en el mercado a un candidato político como si fuera un desodorante garantizan de modo muy positivo al cuerpo electoral contra toda posibilidad de escuchar la verdad acerca de nada.»

«(..) El miedo intenso y prolongado los deprimía (a los creyentes) y creaba en ellos un estado de impresionabilidad muy intensificada. En este estado se inclinaban a aceptar sin discutir los pronunciamientos teológicos del predicador.»

Si aún no te lo has leído, Un mundo feliz es un libro totalmente recomendable y si ya te lo has leído, esta edición de edhasa merece la pena aunque solo sea por el ensayo.