Adiós botellón

Hoy sale en los periódicos y lo dicen en la radio: Europa ha condenado a España a pagar una indemnización de unos 8000 euros por daños morales más costes legales, a una mujer de Valencia que se quejó de los ruidos de las discotecas cercanas a su casa.

Parece ser que ya desde 1974 hay discotecas instaladas cerca de la casa de esta mujer, pero no fue hasta 1997 que denunció el hecho al Ayuntamiento, donde desestimaron el caso. De ahí pasó al Tribunal Superior de Justicia que también rechazó su demanda en 1998 por considerar que no estaba probado que el ruido de las discotecas fuera un peligro para la salud. La mujer no se dio por vencida y en el año 2001 presentó de nuevo su denuncia, pero esta vez ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Tribunal que ayer, tres años después de haberse presentado la denuncia y basándose en el derecho al respeto del domicilio y de la vida privada y familiar reconocido en el punto 1. del Artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, condenó al Estado Español ha indemnizar a esta mujer con la cantidad de 3884 euros por daños morales y materiales, más 4500 euros por los costes legales del proceso, por «la pasividad de la Administración ante el ruido de las discotecas».

No es la primera vez que el Tribunal Europeo condena a España por ser ruidosa. La vez anterior también tuvo que ser este Tribunal el que le diera la razón a los demandantes después de que fueran ignorados por la justicia española, obligando al Estado a pagar casi cinco millones de pesetas por daños morales en base al mismo Artículo 8 en que se basa la sentencia de ayer.

La diferencia entre los dos casos es que mientras que la causa de la denuncia de 1994 fueron los ruidos, olores y humos contaminantes que generaba una planta de tratamiento de residuos en Murcia, en esta ocasión lo han sido las discotecas, los bares y el jaleo nocturno en general.

Creo que podemos decir que con esta condena queda oficialmente abierta la veda contra discotecas, locales ruidosos y botellones varios. Seguro que todos aquellos vecinos que llevan años presentando quejas en los ayuntamientos y juzgados por estos motivos no dudarán en recurrir al Tribunal Europeo, visto el éxito cosechado por esta mujer de Valencia.