La guerra de las Galaxias

Mientras esperamos que salga el nuevo capítulo de Star Wars, que es la sexta película de la serie, pero el tercer capítulo cronológicamente hablando, parece que se le van a adelantar a George Lucas, y que tanto los Estados Unidos como la Unión Europea van a protagonizar una guerra espacial antes que él.

La reciente incorporación de China, Rusia e Israel en la utilización del sistema de posicionamiento global europeo Galileo (que debería entrar en funcionamiento en el 2008), está creando tensiones en las relaciones entre Europa y Estados Unidos. Se ha llegado incluso a decir que EEUU podría atacar el sistema de satélites europeo en el caso que fuera utilizado con fines hostiles.

Para Estados Unidos, la participación de China podría poner en peligro sus bases militares en el caso de una hipotética guerra entre los dos países, ya que China podría localizarlas sin mayor problema gracias a la red de satélites Galileo, que está previsto que sea mucho más precisa que la red GPS estadounidense.

Europa por su parte, que ha aceptado ya los 200 millones de euros que va a aportar China para participar del proyecto, dijo que en principio esta colaboración se basa sobre todo para proporcionarles soporte para la retransmisión de los Juegos Olímpicos del 2008, y se comprometió a evitar que cierta información «sensible» pudiera ser utilizada por China gracias a la red. Por si acaso, la Unión ha dejado claro a Estados Unidos que no se desactivarían las señales de los satélites aunque éstas fueran utilizadas en una posible guerra entre ellos dos.

No es de extrañar que en febrero de este año EEUU no pusiera ninguna pega al aceptar la condición de la Unión Europea de no tener derecho de veto para el futuro desarrollo de Galileo. Y la verdad es que para qué iban a molestarse a vetar, si lo que tenían en mente era destruirlo llegado el momento oportuno.

Los tiras y aflojas entre EEUU y la UE desde que en 1999 la segunda decidiera crear su propio sistema de posicionamiento global han sido contínuos. EEUU ve peligrar la posición de poder que posee desde que en 1978 creara su GPS (Global Positioning System), y que le permite tener el monopolio del posicionamiento por satélite.

Monopolio que, entre otras cosas, permite a EEUU controlar quién puede localizar y con qué exactitud en todo el mundo. Actualmente los militares estadounidenses son los únicos que pueden establecer una posición exacta en todo el planeta, el resto de los mortales (incluidos los ejércitos de los países europeos) solo se pueden acercar con un margen de error estipulado por ellos. Esto convierte al aparato con tecnología GPS más avanzado del mercado en una máquina inexacta no por error, sino por expreso deseo de los militares estadounidenses.

Pero con el Galileo, la Unión Europea dejará de estar supeditada a los designios americanos en el posicionamiento por satélite y aunque siempre se ha manifestado que es un proyecto civil, es lógico pensar que se podría utilizar para actividades militares. Y esto evidentemente, no gusta nada a Estados Unidos, y quizás tampoco a George Lucas, ya que también perdería su particular monopolio sobre las guerras espaciales.

Si estás interesado puedes leerte este excelente artículo de Rafael Poch de Feliu, en el que se dan más detalles sobre el tema.