Edgar Bergen y Charlie McCarthy
Hace un montón de tiempo vi Días de radio, de Woody Allen. Yo debía tener 14 o 15 años, y hubo una escena de la película que me hizo reir muchísimo y que siempre había pensado que era una broma genial de Woody Allen. Pero no, el otro día estaba viendo un nuevo capítulo de la serie Dos viajeros y un destino del canal VIAJAR, en el que Chris y Gilda visitaban Chicago. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que lo que me hacía tanta gracia en la película de Woody Allen, es un hecho de lo más real.
Uno de los sitios que Chris visitaba en Chicago era el museo de la radio, el Museum of Broadcast Communications. Actualmente este museo está cerrado al público y no se podrá visitar hasta el 2006, cuando está previsto que abra de nuevo las puertas pero en un nuevo emplazamiento, en un edificio mucho más moderno y grande.
En este museo tienen almacenadas miles de horas de programas de radio antiguos. De entre ellos, uno de los más populares durante dos décadas en todo Estados Unidos fue el Show de Edgar Bergen y Charlie McCarthy.
En este programa las estrellas indiscutibles eran obviamente, Edgar Bergen y Charlie McCarthy, de ahí el nombre del programa. Hasta aquí todo es normal, pero lo curioso es que Edgar Bergen era un ventrílocuo, y Charlie McCarthy era su muñeco de madera. Y esa es la escena que recuerdo de la película de Woody Allen, la mujer cosiendo y escuchando la radio, riéndose con ese programa, mientras que el marido le suelta un: qué gracia tiene escuchar a un ventrílocuo por la radio, si no puedes ver si mueve los labios?.
Edgar Bergen nació en Chicago en 1903 y ya desde joven demostró sus dotes para el ventriloquismo. Su primera aparición en la radio fue en el Rudy Vallee’s Royal Gelatin Hour (patrocinado por Gelatina Royal, de ahí el nombre) en 1936. Fue un éxito inmediato y al año siguiente ya tenían su propio espacio de una hora, el Chase and Sanborn Hour. Este programa estuvo en el aire hasta 1956. El éxito de este programa fue tal, que Edgar Bergen recibió un Oscar honorífico en 1938 por haber creado al muñeco Charlie McCarthy. Este Oscar es uno de los pocos Oscar «personalizados» de la historia, ya que era de madera y tenía una boca que se movía.>
ergen y por supuesto su muñeco Charlie, se hicieron tan famosos que aparecían en otros programas de radio, en emisiones de TV, incluso se hicieron películas con ellos como protagonistas. Era tal la cantidad de gente que seguía este programa cada noche, que fue el causante de que el 30 de Octubre de 1938 nadie oyera el principio de un programa a cargo de Orson Welles y The Mercury Theatre en otra emisora, donde un presentador advertía claramente que lo que venía a continuación era una adaptación de La guerra de los mundos de H. G. Wells. Cuando la gente aún estaba riéndose con los chistes de Edgar y Charlie, al cambiar de emisora creyeron que la invasión de la Tierra era un hecho real, lo que provocó una ola de pánico en todo Estados Unidos.
Dicen que muchas veces la realidad supera a la ficción, y esta es una de esas veces, o alguien creía posible que existiera un programa así?. Pues sí señor existió, y no podía ser en otro lugar que en Estados Unidos, y no solo existió sino que fue un auténtico bombazo en su día. La verdad es que no se me ocurre otra cosa que plagiar a Obelix para decir: Están locos estos americanos.
mira el señor en cuestion es fabuloso y le tengo gran admiracion por que practico la ventriloquia y se que fue y sera un grande
pues …
Crec que aquest personatge surt caracteritzat, o s’hi apropa bastant, per Bill Murray a ‘Abajo el telón’, de Tim Robbins
Están aquí, ya vienen¡¡¡
Van vestidos de azul y asustan a la gente con porras
Son los mossos, aggggggggghhhhhhh
Nota: Es sólo una adaptación, que no cunda el pánico
Pues yo nunca le he visto la gracia a los ventrílocuos, hombres o mujeres ya de una cierta edad hablando con un muñeco al que le meten la mano por el culo, uff, y encima el muñeco no habla, ¡¡son ellos!! Aquí en España tenemos unos cuantos ejemplos y a mí nunca me han gustado.
Pero que dices, si son encantadores, lo único en lo que no estoy de acuerdo es en que le dieran el Oscar a Edgar Bergen cuando estaba claro que quien de verdad se lo merecía era Charlie McCarthy, el muñeco.
Este segundo párrafo no lo he escrito yo, ha sido mi muñeco Bobito, ¿a que no me habéis visto mover los dedos?