Ed Wood

El Domingo de la semana pasada vi Ed Wood de Tim Burton con Johnny Depp, Martin Landau y Sarah Jessica Parker y nos reímos mucho, nos gustó a los dos.

Ed Wood narra la historia del director-guionista-productor-actor Edward D. Wood Junior, considerado el peor director de la historia. Está interpretada por Johnny Depp como Ed Wood, y un fenomenal Martin Landau como Bela Lugosi. No es de extrañar que Landau consiguiera el Oscar al mejor actor secundario por este papel, porque está que se sale.

La película es de 1994, y está rodada en blanco y negro. Ganó dos Oscar, el de Mejor Actor Secundario para Martin Landau, y el de Mejor Maquillaje.

Ed Wood, está obsesionado por triunfar y por emular a su ídolo Orson Welles, y no cejará en su empeño por conseguir una obra maestra aunque tenga que bautizarse -él y todo su equipo- ni aunque tenga que cambiar el título de la película, ni aunque le impongan actores, ni aunque su principal estrella Bela Lugosi, haya muerto.

Tim Burton también hace guiños a Orson Welles y a Ciudadano Kane en la película, la manera en que empieza,en esa sala con la cámara atravesando la ventana (una ventana muy parecida a la de Ciudadano Kane) y algunas escenas más que se inspiran en la película de Welles.

Johnny Depp está genial como Ed, muy gracioso, pero el mejor es Martin Landau como un cascarrabias Bela Lugosi. Está tronchante en la escena de la lucha con el pulpo en el lago, o asustando a los niños en Halloween, o en su primera aparición probando ataúdes en la tienda.

Ed Wood es una comedia, pero con mucho trasfondo dramático, tanto en la historia de Bela Lugosi, abandonado por todos, gastado como una pila, como en el propio Ed, director sin futuro y sin amigos en el Hollywood de las grandes estrellas, y cómo no, en ese cúmulo de personajes más o menos deshauciados por la indústria cinematográfica que son todos los colaboradores de Ed, desde el director de fotografía daltónico a la caída en desgracia Vampira.

Una cosa no se les puede negar a Ed y a sus locos seguidores – en honor a Monty Python -, y es la entrega desmesurada y el optimismo a raudales que derrochan todos y cada uno de ellos, haciendo efectivo el consejo que Orson Welles le da a Ed en su encuentro en el bar:

«Vale la pena luchar por los propios sueños. ¿Para qué luchar por el sueño de otro?»