Jonathan Strange y el Señor Norrell
Acabo de leerme Jonathan Strange y el Señor Norrell, la novela de ficción de Susanna Clarke, que venía precedida por un gran éxito de crítica y público en Inglaterra, Alemania y Estados Unidos desde que se publicó en 2004. También consiguió ser distinguida como Mejor novela del año por los libreros independientes de Estados Unidos.
Dicho esto, y sabiendo que tiene muy buenas críticas incluso aquí en España, la verdad es que se me ha hecho muy pesada, he tardado muchísimo tiempo en leerme esta historia. Y aunque el número de páginas (casi 800) no es ningún problema, sí que lo es cómo están escritas.
La historia trata sobre el resurgir de la magia inglesa en la Inglaterra del siglo XIX, después de siglos de estar en el olvido. A simple vista la historia parece que tiene buena pinta. Tampoco se puede negar el enorme trabajo de la escritora para hacer creíble todos los hechos, creando un universo estilo Tolkien (slavando las enormes diferencias), con leyendas, historias y citas de un pasado ficticio, que le otorgan a toda la historia unos visos de realidad bastante creible. Pero todo este trabajo de ambientación, de atrezzo histórico digamos, queda deslucido por un estilo narrativo que la verdad, creo equivocado para este libro.
La historia está explicada como si fuera un libro para niños: acciones muy simples y previsibles, con unos personajes con diálogos infantiles. Esto entra en directa confrontación con las largas parrafadas de ambientación, mucho más trabajadas. Parece como si Susanna Clarke estuviera más cómoda haciendo largas divagaciones sobre la historia y más preocupada haciendo de todo una historia verosímil, que no trabajando los diálogos de sus personajes.
Al final lo que consiguió es que perdiera el interés por la trama principal, ya que ésta se traduce en episodios esporádicos entre tanta cita, bibliografía, notas a pie de página, biografías, ..etc.
En resumen, un libro que mucho más corto, con menos florituras históricas y centrado exclusivamente en la historia de los dos magos y el regreso de la magia a Inglaterra, sería un excelente cuento para niños, algo que no es ni mucho menos ahora. Ah! Y para libro para niños, adultos y cargado de magia, nada mejor que Olvidado Rey Gudú, de Ana María Matute, ni punto de comparación con éste.
A penas voy por la página 120 y ya me he visto obligado a buscar opiniones sobre el libro en internet, creo que tus comentarios son tan cercanos a lo que yo pensaba que voy a dejar de leerlo.
Si bien es cierto que no comparto para nada tu opinión sobre «Olvidado Rey Gudú», en este caso mi opinión es totalmente contraria a la tuya.
No obstante, gracias por tus comentarios que me van a ayudar a ganar muchas horas con otra lectura mas entretenida.
Un saludo
Juan Ignacio