La noche de San Juan

Para empezar, la noche de San Juan no es la más corta del año.

El solsticio de verano (solsticio proviene del latín solstitium y significa sol estático), es decir, el día en que hay más horas de luz que de oscuridad es el 21 de junio, por tanto la noche más corta es la del día 20 al 21 de junio. Entonces porqué se celebra la noche del 23 al 24??

La celebración del solsticio de verano, igual que el de invierno, es una de las fiestas paganas más extendidas en toda Europa desde hace milenios, en la que se encendían hogueras y se hacían toda clase de rituales con fuego para adorar al Sol.

La Iglesia católica, en su intento de convertirse en la única religión, se dedicó ya desde sus inicios a eliminar e intentar destruir todas las fiestas paganas que ponían en peligro su supremacía espiritual. Cuando una fiesta costaba de eliminar o de prohibir, lo que hacía era sacralizarla, es decir, vestirla de cristianismo.

Una de las celebraciones que más problemas le dió a la Iglesia fue esta celebración del solsticio de verano. El solsticio de invierno, fiesta también muy arraigada en Europa y por supuesto muy pagana, la solucionó haciendo nacer a Jesús por esas fechas pero el solsticio de verano, no sabía como solucionarlo.

Así que en el Tercer Concilio de Constantinopla (680 dC), viendo lo que costaba erradicar esta fiesta pagana, la Iglesia trasladó las celebraciones de la noche del 20 al 21, a la noche del 23 al 24. Y este cambio para qué? pues para hacerlas coincidir con la festividad de San Juan Bautista. Esto es un caso único porque en los santos se recuerda el día de su muerte, pero como parece ser que ninguno murió por esas fechas, tuvieron que celebrar lo que tenían más a mano, el nacimiento de San Juan Bautista el 24 de junio.

Claro que la Iglesia tiene una explicación para el hecho de que se haga una excepción y en San Juan celebremos su nacimiento y no recordemos su muerte, ya lo dijo San Agustín: «La Iglesia celebra la fiesta de los santos en el día de su muerte, pero en el caso de San Juan Bautista, hace una excepción y le conmemora el día de su nacimiento, porque fue santificado en el vientre de su madre y vino al mundo sin culpa».

Y así les quedó la cosa la mar de arreglada, y a partir de entonces se celebra la noche de San Juan, pero con los rituales del solsticio de verano.

En este revuelto de celebración, desde luego sale perdiendo la parte cristiana, porque tanto las hogueras como la multitud de tradiciones y leyendas populares sobre la noche de San Juan, la convierten en la noche más mágica – y pagana le pese a quién le pese – del año.

Estas son algunas de las tradiciones de San Juan:

  • Si madrugas el día 24, ya no pasarás sueño el resto del año.
  • Si la noche de San Juan te pones bajo una higuera con una guitarra, aprenderás a tocarla de inmediato.
  • Si quemas un papel con las cosas que quieres olvidar, conseguirás bienestar durante todo el año.
  • Quien se bañe en el rocío de la noche de San Juan, quedará bendecido durante todo el año.
  • Si eres soltero o soltera y el día 24 por la mañana te asomas por la ventana, verás pasar al amor de tu vida.
  • Meterse en el mar de espaldas mirando la luna y totalmente desnudo, proporciona a quien lo haga la capacidad de obrar prodigios.
  • Multitud de plantas y árboles como la ruda, el helecho, el nogal o el roble, incrementan sus poderes y se pueden utilizar como amuletos
  • En general, todas las aguas tienen algún poder, ya que esa noche las aguas estan bendecidas por San Juan.

Hay otra tradición también muy arraigada en Cataluña para esta noche, y es la de atiborrarse de coca de San Juan, lo que acarrea irremediablemente la ingestión de enormes cantidades de cava para conseguir tragársela. No se sabe con certeza si este ritual proporciona poderes, bienestar o alguna capacidad inusitada a quien lo ejecuta, pero lo que sí se sabe es la cantidad de problemas estomacales que genera al día siguiente.