El hombre sonriente
Bueno, pues ya he terminado El hombre sonriente, la cuarta novela que tiene como protagonista al inspector Wallander.
Henning Mankell no ha conseguido engancharme con esta novela. A las pocas páginas sabes quién es el culpable y cómo Wallander conseguirá descubrirlo. Hay demasiado monologo interior, Wallander tiene demasiadas luchas internas sobre si hacer o no hacer tal cosa, si comentar o no comentar tal descubrimiento, sobre si atacar ahora o esperarse dos semanas. Demasiadas investigaciones que no llevan a ningún sitio y que son prescindibles para el caso y que han hecho que me aburriera en algunos momentos del libro. Media novela se ha convertido en una espera tediosa – igual que les ha ocurrido a los protagonistas – para que ocurriera aquello que permitiera atrapar al culpable.
El hecho de conocer al asesino en las primeras páginas del libro, obliga al autor a tener mucha más capacidad y a utilizar todos los recursos de que disponga para lograr atraer al lector. Ya no te enganchas al libro para saber quién es el culpable, ahora lo que te obliga a seguir leyendo es saber cómo lo demostrará el protagonista.
Pero cuando ya se sabe quién es el culpable y también cómo lo va a demostrar el protagonista cuando aún se está en el primer tercio del libro, la verdad, hay que tener pensadas las maneras de hacer que el lector se interese por la historia. Ahí es donde para mí ha fallado Mankell, las historias «de relleno» paralelas al caso principal no me han acabado de gustar, y se han quedado en eso, en historias de relleno para conseguir una novela con más páginas.
En definitiva, con esta novela me he sentido como uno más de los integrantes del equipo encargado de resolver el caso durante una de esas reuniones que siempre se dan en todos las investigaciones, en las que que el caso no avanza, los ánimos están por los suelos, y lo mejor que se puede hacer es ventilar la sala y salir a tomarse un café y un bollo.
Pero no todo ha sido malo en el libro, me ha gustado que la acción se vuelva a desarrollar en Escania, escenario en el que mejor se mueve Wallander. También me ha gustado el que Wallander vuelva a escuchar música clásica, algo que echaba de menos desde la primera novela, pero sintiéndolo mucho, hay algo que no le perdono ni a Wallander ni a Mankell, y es que definitivamente la mujer negra ha desaparecido de la vida de Wallander y parece ser que ya no aparecerá nunca más, una verdadera lástima.
Sip, ésta estaba algo flojilla, fue la penúltima que leí. Creo que las dos próximas («»La falsa pista»» y «»La quinta mujer»») te gustarán bastante 🙂
De momento el principio de La falsa pista es el mejor desde la primera novela, espero que no se tuerza la cosa.
Me parece que la mujer negra no es uno de los personajes importantes en la serie de Wallander, mejor que no esperes que vuelva a salir, así no te llevarás una desilusión.
Yo he leído algunas novelas sueltas de este autor, y la verdad no esta mal, pero creo que las alarga demasiado con descripciones y datos que no aportan nada a las historias. Si no fuera porque escribe tan bien no podría haber acabado ninguno de sus libros.
Suerte con los que te quedan, que creo que son unos cuantos. 😉
Oye, alguien me puede ayudar dándome el orden correcto de las novelas de Wallander. La verdad es que las han publicado al «túntún» y aquí no hay quién se aclare.
Cronológicamente hablando, cómo va la serie.
0. La Pirámide.
1. Asesinos sin rostro.
2. Los Perros de Riga
3. La Leona Blanca
4. El hombre sonriente
5. La falsa pista
6. La Quinta Mujer
Y qué hacemos con Pisando los talones y Cortafuegos.
Yo es no que soy capaz de aclararme.
Muchas gracias.
Jorge, este es el orden de la serie:
* Asesinos sin rostro (1991)
* Los perros de Riga (1992)
* La leona blanca (1993)
* El hombre sonriente (1994)
* La falsa pista (1995)
* La quinta mujer (1996)
* Pisando los talones (1997)
* Cortafuegos (1998)
* Pirámide (1999)
Lo puse en el artículo sobre Asesinos sin rostro, el primero de la serie Wallander.
Es lo más normal: la novela policiaca tiene unos tópicos (aunque los autores no los llamen así) que funcionan como un engranaje -cada día más estudiado- para llevar al lector plácidamente hacia el final de la novela. En la saga Wallander, Mankell se salta bastantes tópicos. De hecho, casi ni se le puede reprochar los que usa. Y sí, si fuera por él desvelaría el nombre del asesino en la primera página y seguiría con lo que a él le interesa (palabras del autor).
Por eso los que realmente se «enganchan» a esta saga saben que el misterio va a ser más ligero que el viaje interior de los personajes y las reflexiones sobre la sociedad sueca; así como el peso de la investigación con sus pros y sus contras va a arrastrar al lector al tedio que une al grupo de investigadores.
Es lo que ha hecho a estas novelas especiales. Para los giros en cada capítulo cada vez hay más códigos da vincis.
Un saludo